lunes, 27 de octubre de 2014




Para todos los que se encuentren interesados en el tema del Psicoanálisis y quieren ahondar un poco más en él, así como para todos aquellos que ya se encuentran recorriendo a profundidad tan prolífico paradigma, ya se encuentra disponible la última edición de la revista de la Sociedad Colombiana de psicoanálisis, que en esta ocasión sirve como escenario de Diálogo entre el psicoanálisis y la universidad. A modo de abrebocas, anexamos la editorial  que introduce la presente edición de la revista, bajo la autoría de la doctora Andrea Escobar Altare. 

Interesados  en  adquirir   la presente   edición, pueden  comunicarse  con la Sociedad Colombiana  de Psicoanálisis. Tel: 610050



La edición de la Revista


            Esta edición de la Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, tiene como título Diálogos entre el Psicoanálisis y la Universidad porque buscamos que los lectores encuentren allí textos producidos desde dos escenarios diferentes: desde el interior de nuestra Sociedad, y desde el lugar de la institución universitaria. Es interesante encontrar la manera en cómo el psicoanálisis hace parte de los cursos, seminarios y programas de formación de pre-grado y posgrado que se desarrollan en diferentes ámbitos académicos: el pensamiento psicoanalítico circula, se nutre de nuevos desarrollos, se transforma en la apropiación que cada uno de nosotros hace del mismo.
            Así, en este número de la Revista publicamos textos que responden a las preguntas que diferentes autores se plantean desde el conocimiento psicoanalítico: Lucía Restrepo, Eduardo Gómez y Alejandro Rojas-Urrego nos presentan sus reflexiones en torno a la frecuencia semanal del análisis de candidatos en formación en los Institutos de Psicoanálisis; tema este que ha convocado diferentes encuentros de psicoanalistas a nivel nacional e internacional.
            Incluimos en este número, otro trabajo de Eduardo Gómez presentado en nuestras más recientes Jornadas Psicoanalíticas, en torno al estudio de los criterios de analizabilidad: este tema ha requerido de importantes encuentros de psicoanalistas; su autor nos propone los elementos que considera pilares para poder abordarlo.
            Eduardo Laverde nos presenta su trabajo acerca del traidor a sí mismo y nos propone adentrarnos en su psicología y comprenderlo desde la condición humana: la historia, la  literatura, los textos bíblicos, el arte y el material clínico son los elementos desde los cuales el autor expone su tesis. Así mismo, encontrará el lector en estas páginas, un debate que el psicoanalista mantiene con Haydée Faimberg, que inició con la visita de la psicoanalista a nuestro país, y que tal y cómo lo podemos apreciar, ha dado frutos para seguir pensando los conceptos psicoanalíticos y sus transformaciones.
            Juan David Roa nos presenta su trabajo clínico-teórico en torno a la estructuración de la neurosis obsesiva y las representaciones del padre, dejando varios interrogantes que nos llaman a continuar trabajando en torno a esta temática; Diego Vásquez y María Ardila, nos presentan una experiencia, desde la Universidad, acerca de un modelo de atención a adolescentes sustentado desde la teoría psicoanalítica. Ana Rita Russo de Sánchez, Karen Pacheco y Jorge Galindo, exponen un estudio de caso en el que nos relatan la experiencia de un niño que participó en el programa para la educación y el desarrollo psicoafectivo Pisotón: la exploración de los diferentes momentos de esta experiencia nos permitirá comprender los alcances de este programa y la importancia que cobra como dispositivo de intervención. Julio Galindo reflexiona en torno al concepto de normalidad, su función en la práctica clínica, y la importancia que cobra la exploración de la libertad para el clínico y su trabajo. Este ensayo nos recuerda el sentido que tiene nuestra práctica clínica diaria.
            Incluimos también dos trabajos inspirados en la literatura: Oscar Espinosa escribe en torno al amor en los tiempos de la violencia y el desplazamiento a partir de La multitud errante, de Laura Restrepo; y Guillermo Sánchez-Medina nos permite incluir en este número de nuestra revista, su trabajo en torno al Azar Determinista en Cien Años de Soledad de Gabriel García-Márquez. De esta forma, hacemos un homenaje a nuestro nobel colombiano desde nuestras páginas.
            El lector encontrará en este número, diferentes maneras de pensar y abordar algunos de los problemas de los que se ocupa actualmente el pensamiento psicoanalítico.
            Esperamos, desde el Comité Editorial, que los lectores encuentren tan interesante y fructífera su lectura como lo fue para nosotros, en el proceso de preparación de este número de la Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis.

Andrea Escobar Altare

escobaraltare@gmail.com


miércoles, 1 de octubre de 2014

Trauma y Reparación



En la presente entrada, queremos invitarlos a que nos acompañen en el curso sobre Trauma y Reparación que tendrá lugar en la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis , a partir del Jueves 9 de Octubre,  hasta el 13 de noviembre de 7.30 pm a 9:00 pm. Las inscripciones se encuentran abiertas y los teléfonos de contacto por miedo en  los cuales pueden inscribirse son los siguientes: 6164904 – 6113831 – 6100508.


El curso está dividido en temáticas que serán discutidas en cada jornada por cada uno de los profesionales a cargo.


Para el desarrollo del curso, no solo contamos con la presencia de importantes psicoanalistas que tienen un alto grado de experiencia en lo que respecta a acompañar procesos relacionados con los conceptos de “trauma”, “perdón” y “reparación”, y que conocen ampliamente la complejidad que a nivel psíquico tienen estos conceptos, sino que también contamos con la presencia de la politóloga Juanita Esguerra Rezk, quien ha trabajado profundamente, desde el Centro de Memoria Histórica, el tema de la verdad , la justicia y la reparación frente eventualidades sociales de carácter traumático, al punto  de que  conoce amplia y profundamente  los correlatos políticos y sociales de tales cuestiones.



El hecho de unir en un mismo lugar diferentes voces centradas en analizar y examinar una temática tan compleja como lo es la cuestión del Trauma y la Reparación, constituye un paso hacia adelante en el proceso de implicar a toda la sociedad y específicamente de poner a dialogar diversas áreas del saber en razón de la construcción de redes epistemológicas suficientemente integrales como para poder abordar y comprender a plenitud la profundidad de lo que significa el trauma, y complejidad que sugiere un proceso de reparación dentro de una realidad como la nuestra. 

martes, 12 de agosto de 2014

A propósito de Realidades

Realidad, ¿para quién?


El presente escrito, de Julio Moreno[1] constituye una de las Contribuciones realizadas dentro del XXXV Simposio Anual de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, La realidades del psicoanálisis: teoría clínica y transmisión. Teniendo en cuenta que se aproxima el Congreso internacional de Psicoanálisis y que su eje central será la reflexión sobre aquello que se comprende por "realidad” y "ficción",
así como por la compleja interrelación de ambos, hemos decidido traer a colación un fragmento de esta reflexión que hace Julio Moreno a partir de su pregunta por la realidad y fundamentalmente, por el sujeto que así la percibe.


Escrito por: Julio Moreno (2013).
Texto completo en: Moreno, J (2013), Realidad, ¿para quién? En: Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (2013). XXXV Simposio Anual. Las Realidades del Psicoanálisis: teoría, clínica y transmisión.
 

Realidad deriva del latín “res” y “realis”: aquello que tiene existencia efectiva o factual. Esa caracterización e efectiva de la existencia es controvertible: Verdad y Ficción, como Real e Irreal, se implican mutuamente de tal manera, que la zona más fuerte se produce en el territorio entre ellas. Por ejemplo, la teoría de la seducción y de la fantasía de Freud podría pensarse como alternativas excluyentes, pero leyendo cuidadosamente a Freud, notamos que los más prolíficos desarrollos se producen entre ellas. No debemos buscar los determinantes de una neurosis en el territorio de la fantasía ni en el de lo fáctico, sino en su inter-territorialidad.

Cuando creemos que ocurrió un abuso, por ejemplo, no rara vez prima la actitud detectivesca de encontrar a toda costa la verdad fáctica, revisando los orificios del abusado o los signos de un exceso de fantasía de la supuesta víctima. Una mirada más fina podrá entender que no hay abuso sin algo de fantaseo no fantaseo sin algo de abuso. Aunque al detective que nos habita no le gusten esas ambigüedades.

Cuando en mi residencia psiquiátrica aprendimos a hipnotizar histéricas para deshacer conversiones (algo efectivo por un corto plazo) recibimos una consigna: la puerta del consultorio debía permanecer abierta y, de ser posible, convenía que un pariente de nuestra paciente estuviera presente durante el procedimiento, porque paciente podía (y solía) “fantasear” el haber ido abusada por el residente, aun cuando éste solo la hubiese hipnotizado . si lo miramos con mayor cuidado nos damos cuenta que no se trataba solamente de algo ficcional: toda la escena de hipnosis era en general una escena tímida y deseada por hipnotizador e hipnotizado por contener trazos de verdad y de ficción alrededor de una escena erótica.

Todo esto se pone también en juego en la literatura. Si Borges llama Ficciones a uno de sus mejores libros no lo hace para exaltar lo falso, lo hace porque considera que la ficción es el medio más apropiado para tratar la complejidad de la vida…





[1] Julio Moreno es doctor en Medicina, psicoanalista, miembro titular y secretario científico de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires.

miércoles, 16 de julio de 2014

Psicoanálisis y Fútbol




El fútbol y la pasión…



Si algo ha globalizado la forma de las pasiones son las emociones que se tejen alrededor del futbol. En una estadística que alguna vez leí, se decía que había más países afiliados a la FIFA que a la ONU. El futbol ha hecho de las pasiones un fenómeno de masas tan solo comparable a lo que los fenómenos religiosos causan de forma universal. Para poder entender la dinámica de las emociones que se mueven alrededor de este espectáculo quiero retomar dos ideas: una de Elías Cannetti sobre la masa, y otra de Freud acerca de los procesos de idealización.

Cannetti, sostiene que la masa es la inversión del temor a ser tocado. El deambular en los espacios públicos tiene como garante el temor a que el otro nos contacte; cualquier acercamiento -incluso el deseado- es preservado por el temor. La vida cotidiana se llena de medidas preventivas que nos permitan tomar distancia en relación al otro. Por su parte, la masa provoca la disolución de dicho temor, al menos para el que está al interior de ella. En la masa la diversidad de los cuerpos hace unidad, la diferencia se disuelve. En la masa mi cuerpo se funde con el otro, los límites desaparecen. La masa tiende a crecer, y aquel que entra en contacto con ella es devorado por su ansia voraz. Para la masa, todo límite debe ser destruido; las vitrinas, los obstáculos, las barreras se presentan como un cerco a su capacidad de crecimiento.

Por su parte, la emoción del triunfo en el futbol funciona como detonante. Los 90 minutos operan como elemento contenedor de una furia que se desata con el pitazo y la sanción del triunfo o la derrota. Es el grito desenfrenado de triunfo y el grito silente de la humillante derrota. Es así como la pasión global del futbol deshace las rejas en las que la pasión vive contenida en la esfera social y se termina por convertir en un fenómeno análogo al de las masas.

Freud, aquel que sigue teniendo vigencia porque en vez de soñar utopías navegó por las profundas aguas en las que germina el origen de toda idea o emoción, nos deja una pista vital para entender este fenómeno de masas. Para Freud, la masa se forma, ya que diversas personas de un grupo comparten el mismo objeto idealizado. El equipo de fútbol llena el espacio vacío de nuestros ideales, y lo que el objeto diga, haga o determine deja a nuestro yo como súbdito obediente.

Por eso, las acciones de nuestro ideal son imperativas. El gol que se marca como signo de triunfo es el imperativo para el grito y la furia orgásmica. La celebración de victoria del equipo determina una pasión desbordante dentro del séquito de seguidores. Es la misma pasión que sugiere un líder en una masa que le sigue, la estrella musical en sus aficionados, el guía religioso a su secta. El líder hipnotiza a la barra de fieles seguidores como el amado domina las emociones del amante. La vida propia se entrega al objeto de nuestro ideal, y por eso, el estallido pasional de alguien hipnotizado –o de la masa- suele dejar, como signo de la entrega amorosa, a la muerte misma. Siempre alguien muere como signo de este éxtasis de vida. Quien está por fuera de la masa o del ideal, siempre enjuiciará, desde la altura de su razón, este bajo apasionamiento.

El estallido en las masas se disuelve con la misma rapidez con la que emerge. El carácter agresivo y pasional de estas barras difiere de la violencia racional, metódica y estratégica en la que están involucradas las fuerzas en conflicto de este país. La violencia del futbol se diluye rápidamente con el tiempo; al mundial lo siguen los campeonatos locales, las copas interclubes; pero la violencia racional, la social, esa no se disuelve, esa carcome diaria y paulatinamente los cuerpos; los deshace por centímetros… El estallido emocional de futbol deshace el cuerpo en un instante.

Luis Fernando Orduz


Psicoanalista

miércoles, 18 de junio de 2014

Las vacaciones de Freud


En las vacaciones de 189… emprendí una excursión por la montaña, con el propósito de olvidar durante algún tiempo la Medicina, y especialmente las neurosis, propósito que casi había conseguido un día que dejé el camino real para subir a una cima, famosa tanto por el panorama que dominaba como por la hostería en ella enclavada. Repuesto de la penosa ascensión por un apetitoso refrigerio, me hallaba sumido en la contemplación de la encantadora lejanía, cuando a mi espalda resonó la pregunta: «El señor es médico, ¿verdad?», que al principio no creí fuera dirigida a mí: tan olvidado de mí mismo estaba. Mi interlocutora era una muchacha de diecisiete o dieciocho años, la misma que antes me había servido el almuerzo, por cierto con un marcado gesto de mal humor, y a la que la hostelera había interpelado varias veces con el nombre de Catalina. Por su aspecto y su traje no debía de ser una criada, sino una hija o una pariente de la hostelera.

Arrancado así de mi contemplación, contesté:

-Sí, soy médico. ¿Cómo lo sabe usted?
-Lo he visto al inscribirse en el registro de visitantes y he pensado que podría dedicarme unos momentos. Estoy enferma de los nervios. El médico de L., al que fui a consultar hace algún tiempo, me recetó varias cosas, pero no me han servido de nada.

De este modo me veía obligado a penetrar de nuevo en los dominios de la neurosis pues apenas cabía suponer otro padecimiento en aquella robusta muchacha de rostro malhumorado. Interesándome el hecho de que las neurosis florecieran también a dos mil metros de altura, comencé a interrogarla, desarrollándose entre nosotros el siguiente diálogo, que transcribo sin modificar la peculiar manera de expresarse de mi interlocutora:

-Bien. Dígame usted: ¿qué es lo que siente?
-Me cuesta trabajo respirar. No siempre. Pero a veces parece que me voy a ahogar.

No presenta esto, a primera vista, un definido carácter nervioso; pero se me ocurrió en seguida que podría constituir muy bien una descripción de un ataque de angustia, en la cual hacía resaltar la sujeto, de entre el complejo de sensaciones angustiosas, la de ahogo.

-Siéntese aquí y cuénteme lo que le pasa cuando le dan esos ahogos.
-Me dan de repente. Primero siento un peso en los ojos y en la frente. Me zumba la cabeza y me dan unos mareos que parece que me voy a caer. Luego se me aprieta el pecho de manera que casi no puedo respirar.
-¿Y no siente usted nada en la garganta?
-Se me aprieta como si me fuera a ahogar.
-Y en la cabeza, nota usted algo más de lo que me ha dicho?
-Sí, me late como si fuera a saltárseme.
-Bien. ¿Y no siente usted miedo al mismo tiempo?
-Creo siempre que voy a morir. Y eso que de ordinario soy valiente. No me gusta bajar a la cueva de la casa, que está muy oscura, ni andar sola por la montaña. Pero cuando me da eso no me encuentro a gusto en ningún lado y se me figura que detrás de mí hay alguien que me va a agarrar de repente.

Así, pues, lo que la sujeto padecía eran, en efecto, ataques de angustia, que se iniciaban con los signos del aura histérica, o, mejor dicho, ataques de histeria con la angustia como contenido. Pero ¿no contendrían también algo más?
-¿Piensa usted algo (lo mismo siempre), o ve algo cuando le dan esos ataques?
-Sí; veo siempre una cara muy horrorosa que me mira con ojos terribles. Esto es lo que más miedo me da. 

Este detalle ofrecía, quizá, el camino para llegar rápidamente al nódulo de la
cuestión.
-¿Y reconoce usted esa cara? Quiero decir que si es una cara que ha visto usted realmente alguna vez.
-No.
-¿Sabe usted por qué le dan esos ataques?
-No.
-¿Cuándo le dio el primero?
-Hace dos años, cuando estaba aún con mi tía en la otra montaña. Hace año y medio nos trasladamos aquí, pero me siguen dando los ahogos.

Era, pues, necesario emprender un análisis en toda regla. No atreviéndome a trasplantar la hipnosis a aquellas alturas, pensé que quizá fuera posible llevar a cabo el análisis en un diálogo corriente. Se trataba de adivinar con acierto. La angustia se me había revelado muchas veces, tratándose de sujetos femeninos jóvenes, como una consecuencia de horror que acomete a un espíritu virginal cuando surge por vez primera
ante sus ojos el mundo de la sexualidad.

Historiales clínicos de Freud, 1985

miércoles, 4 de junio de 2014

Sobre las realidades y las ficciones


Un abre bocas al próximo congreso organizado por FEPAL y a la conferencia “Realidad y Ficción” del sábado 7 de junio en la Clínica Monserrat en Bogotá, Colombia.

Ideas preliminares sobre el 30° Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis: Realidades y Ficciones
03-06 de septiembre de 2014 – Buenos Aires, Argenitna

Proponemos trabajar acerca de la pluralidad de realidades y ficciones  que dan cuenta de la teoría y la práctica del psicoanálisis así como de  nuestra vida cotidiana y nuestra inserción en la cultura. Muy  especialmente en las realidades y ficciones que caracterizan la  diversidad cultural latinoamericana.

Las ficciones como invenciones, como intervenciones obre la realidad,  pueden ayudarnos a interpelar lo inasible en tanto representan e  interpretan partes de esas realidades del quehacer humano.

Nuestras realidades incluyen nuestros malestares pero también las condiciones de vida, de nuestra práctica, de nuestra creatividad y en general todo aquello que hace a nuestro entorno, también de bienestar.

El material clínico y la teoría freudiana como ficciones, las ficciones literarias, teatrales, cinematográficas, televisivas, las realidades material y psíquica, las nuevas realidades virtual y aumentada, la relación entre verdad y realidad, entre realidad y fantasía, entre ficciones y mitos , entre ficciones y objetividad, entre ficciones e historia, son solo algunos de los caminos para estos recorridos.

Video  en Vimeo de presentación al congreso de FEPAL:  VIDEO CONGRESO FEPAL


Para más información: http://socolpsi.org/mundo.html

miércoles, 7 de mayo de 2014

¡Abierta la convocatoria de la Revista Divaneando!



La sociedad Colombiana de Psicoanálisis abre la convocatoria para participar en la tercera edición de la Revista Divaneando. Se recibirán textos o imágenes que giren en torno al tema del Narciso, desde una mirada alternativa a las formas tradicionales de abordar el mito de Narciso y el narcisismo. Las producciones deben ser teóricamente accesibles a cualquier persona, así mismo pueden participar escritores y artistas gráficos cercanos a las teorías psicoanalíticas como individuos ajenos a estas.

A continuación se presentan las tres categorías de la convocatoria:

1. Texto libre: Los textos pueden tener el estilo narrativo que el autor prefiera, sin embargo su extensión no puede superar las 3.000 palabras

2. Imágenes: Se recibirá cualquier tipo de producción visual de propia autoría. Las imágenes, fotogramas, ilustraciones o fotografías deben ser enviadas en calidad de impresión (300 pp)

3. Selfie: En esta categoría el autor debe enviar un “selfie” o autorretrato fotográfico, acompañado de un breve texto sobre sí mismo. (Entre más corto mejor)


Se recibirán las colaboraciones hasta el 30 de junio de 2014 al correo electrónico revistadivaneando@gmail.com, al cual también podrán referirse para cualquier duda o inquietud.

miércoles, 23 de abril de 2014

El pseudo-inconciente de lo mito-simbólico


¿Quién es? Psiquiatra; psicoanalista (Sociedad psicoanalítica de Porto Alegre). Miembro del consejo científico de la Fundación «Jean Laplanche» y traductor al portugués de las Obras Completas de Jean Laplanche.; profesor y supervisor del Curso de especialización en psicoterapia de orientación psicoanalítica del CELG/UFGRS (Brasil).


 


El pseudo-inconciente de lo mito-simbólico

Escrito por: José Carlos Calich
En: http://www.revistaalter.com/calich.htm 

A lo largo de la descripción y de la exposición de la Teoría de la seducción generalizada, J. Laplanche señalaba ya el origen socio-cultural de los esquemas narrativos preformados, como el complejo de Edipo, el complejo de castración, etc., que serían absorbidos por la función traductiva. En el presente desarrollo de esta teoría, señala el rol de la cultura en el sentido de que «ayuda a traducir» los mensajes enigmáticos, proporcionando, a través de las estructuras de lo mito-simbólico (y no directamente por sus contenidos), los esquemas narrativos que perpetúan e innovan los códigos inconcientes.          Laplanche llama pseudo-inconciente de lo mito-simbólico al lugar, exterior al psiquismo, donde se encuentra –entre otros símbolos- la reserva, la provisión de informaciones sobre la historia mítica de la humanidad, del grupo y de la familia. Al ayudar en la construcción de significaciones de mensajes individuales, esas informaciones a la vez historizan al individuo y lo inscriben en el contexto civilizador.
          Considero que la articulación y la precisión de la definición de este «lugar», de sus propiedades, incluida la característica de ser «implícito» -inconciente sólo en el sentido descriptivo- y la elucidación de su dinámica, nos ofrecen un modelo con diversas posibilidades de desarrollo, útiles para la comprensión de la relación entre el individuo y la cultura.
          Podemos deducir de este texto que ciertas formas de las estructuras mencionadas facilitan la traducción, mientras que otras la vuelven más difícil, siendo responsables de la traducción parcial de algunos mensajes y de la permanencia de intromisiones a modo de imperativo categórico, que funcionarán como un superyó primitivo.
          Sobre este punto, quisiera agregar algo que no está en el texto pero que, en mi opinión, sigue su línea. Si nos basamos en las ideas de Ferenczi (1939) expuestas en «Confusión de lenguas entre los adultos y el niño» –citado por J. Laplanche en varias ocasiones- lo traumático no se produciría tan sólo en el acto de abuso contra el niño sino que además sería reforzado, en un segundo tiempo de violencia, cuando el mundo adulto negara y desacreditara la experiencia afectiva vivida por el niño. Ello produciría una «experiencia» compartida de no representación del abuso. Considerando que éste es un modelo de traducción que utiliza el pseudo-inconciente de lo mito-simbólico, quisiera sugerir que la presencia de la desmentida (Verleugnung) en la estructura de lo mito-simbólico es una fuente particular de mensajes mal traducidos o definitivamente no traducidos que serán retenidos o devueltos al inconciente enclavado. Creo que esos mensajes pueden encontrarse en la génesis de patologías tales como el fanatismo u otros problemas severos del pensamiento individual y colectivo, así como de lo que llamamos «patologías contemporáneas».
          Por lo demás, yo diría que un mensaje que contiene en su propia estructura una parte «desmentida», echaría a perder su función enigmática así como su potencial de traducción o, en todo caso, el trabajo de traducción demandaría un esfuerzo excepcional.

El Dr. Calich estará visitando Colombia y dictando una conferencia en la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis sobre la teoría de la seducción generalizada de Laplanche. Para más información: 
http://socolpsi.org/

jueves, 6 de marzo de 2014

Autismo y simbiosis: Los modos primitivos de estar en el mundo y sus trastornos

Escrito por: Inga Villareal (2009)
Articulo completo en Revista Sociedad Colombiana de Psicoanálisis: http://socolpsi.org/ejemplares.html


Autismo y simbiosis son términos que tienen varios significados. Un primer significado de autismo y simbiosis corresponde a los modos más primitivos de estar en el mundo; son las maneras del bebé de relacionarse con sus primeros objetos. Pueden considerarse las relaciones adecuadas con su medio ambiente - para el recién nacido y el bebé humano- hasta que alcanza aproximadamente 8 meses de vida. Autismo y simbiosis se pueden entender entonces como los primeros intentos del ser humano de tomar cierta conciencia primitiva de su cuerpo, y también de conectarse, de relacionarse con su ambiente humano, principalmente con su madre. Así que en este sentido, autismo y simbiosis son las primeras fases del desarrollo normal. 

Ahora, es preciso distinguir estas fases arcaicas normales del desarrollo, de las psicosis infantiles: Comprenden el autismo como enfermedad y la psicosis simbiótica del niño pequeño. Las psicosis infantiles surgen cuando el niño se queda fijado en una de estas fases normales, que quiere decir que no ha podido seguir su desarrollo normal o que ha regresado a una de estas fases cuando había progresado en su desarrollo

Entender más sobre autismo y psicosis no es solamente importante para el diagnóstico y el tratamiento de casos de autismo infantil y de psicosis simbiótica infantil; también para entender los síntomas de algunos pacientes neuróticos. En el desarrollo de cada uno de nosotros pueden existir áreas de encapsulamiento, que funcionan como modos arcaicos de estar en el mundo. Estas áreas de nuestra psique pueden permanecer mudas, lo cual quiere decir que no se manifiestan. Por otro lado, también pueden surgir y producir síntomas de enfermedad emocional sobre todo durante las etapas importantes de nuestro ciclo vital como son la adolescencia, la edad media, la vejez, durante las separaciones por ejemplo del matrimonio o de los hijos, entre otras. En general se ponen más fácilmente en evidencia en nuestras relaciones objetales con nuestras parejas e hijos.

Núcleos de simbiosis no resueltos en pacientes neuróticos pueden entenderse a veces a través del análisis de sueños que muestren claramente estos deseos arcaicos de regresar a la unidad dual con la madre. Podrían expresarse en la forma de la sensación oceánica descrita por Freud, en fantasías de un futuro paraíso tan frecuente en la mayoría de las religiones. También el deseo de fusionarse con un ser superior y así perder la individualidad, encuentra su expresión en algunas religiones. Puede haber mucho de esto en algunas adicciones a sustancias que producen alteraciones de la consciencia. 

Para saber mas sobre el tema, inscripciones a la conferencia sobre Autismo del curso "Las Patologías desde el psicoanálisis": http://socolpsi.org/images/afiches/patologias.jpg

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Cómo deben ser los límites en la educación?

Escrito por: Camilo Jácome



Es conveniente  pensar que la relación Educador - Alumno no se da por azar. Se presenta en una situación particular y dentro de unas circunstancias y parámetros que condicionan el logro o fracaso del objetivo de ese vínculo. La situación en la cual se hace posible la relación que nos ocupa, se enmarca dentro de ciertos limites que, como la misma palabra lo indica, señala tanto la separación entre las partes implicadas, como  la manera y el punto de lo permitido o no dentro de la relación. Es precisamente la existencia de esos límites los que posibilitan que el proceso educativo se dé y los que determinan en lo fundamental, el sentido de la relación y del ingreso en la cultura del alumno. Hay que recordar que los límites de esta situación son responsabilidad  del educador y se parte de la premisa de que el alumno va a probarlos tratando de rebasarlos. Por ello conviene precisar cuales son las características esenciales de estos límites que permiten un éxito y la satisfacción en la relación Educador - Alumno.

A partir de los conceptos de algunos psicoanalistas y  particularmente de los aportes de W.  Bion, acerca de las relaciones Continente-Contenido y ... del papel de la madre funcionando como un Continente efectivo de las sensaciones del bebe (Grimberg, 1975), es posible sugerir cuales son las cualidades primordiales de los límites que contienen y hacen positivo el vínculo Educador - Alumno. Estos límites deben ser fundamentalmente: Firmes, Cálidos y Organizados.
Estas 3 características son complementarias y permiten que el alumno crea y adquiera confianza en el educador, por ello se debe evitar la complicidad entre el educador y el alumno, pues esta lleva a que el educador pierda la posibilidad de mantener los límites y por lo tanto se desdibuje la esencia de la relación Educador -  Alumno.

    Ser firmes  no significa ser autoritario ni hacer daño, significa constancia, solidez y estabilidad. Las decisiones pedagógicas más difíciles requieren de mucha firmeza, para que se lleven a cabo. La firmeza del educador genera confianza, seguridad y consistencia.
         Ser cálidos  significa trasmitir afecto, cariño y comunicar preocupación e interés; implica no maltrato.
       Ser organizados significa darle coherencia y claridad a lo que se hace.  Hay que evitar en lo posible las confusiones y lograr acuerdos y normas razonables, producto de juicios de realidad aceptados por las partes y no de juicios de valor, donde uno le impone su criterio al otro.

La existencia práctica de un determinado tipo de límites en la relación, depende de las particularidades de personalidad del educador que repercutirán a su vez, en la estructuración de la personalidad del alumno en formación. Educar es un ejercicio de dar y recibir mutuo, donde el garante de los límites es el educador, no para establecerlos voluntariosamente, sino marcados por su necesidad en aras de su funcionalidad para lograr lo que se quiere. Esto de por sí le da significado a la labor cotidiana de transmitir, inventarse y construir el sentido de la vida misma. 

Próximamente: Taller grupal de Límites en la educación de niños y adolescentes.
Organizado por: Centro de Atención de Psicoanalítica http://socolpsi.org/cap.html
Interesados dejar datos en: http://socolpsi.org/contacto.html


jueves, 30 de enero de 2014

La vida Andy Warhol

En esta entrada les proponemos un documental de la vida, obra e influencia del artista americano Andy Warhol.  ¡Sólo una pequeña preparación para la primera conferencia del curso "El pensamiento psicoanalítico más allá de la clínica" que se llevará a cabo del  11 de febrero al 25 de marzo en la Sociedad Colombiana de psicoanálisis!



Documental completo:  Andy Warhol- The Complete Picture
Información sobre el curso "El pensamiento psicoanalítico más allá de la clínica":  http://www.socolpsi.org/


lunes, 13 de enero de 2014

El chiste sobre el año nuevo



Las Intenciones del Chiste
Escrito por: Sigmund Freud 
En: El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)

(...)
Antes de seguir adelante quiero salir al paso de una mala inteligencia posible. Los calificativos «inocente» o «abstracto», aplicados al chiste, no significan nada equivalente a «falto de contenido», sino que se limitan a caracterizar a un género determinado de chistes, oponiéndolos a los «tendenciosos», de que a continuación trataremos. Como en el último ejemplo hemos visto, un chiste «inocente», esto es, desprovisto de toda tendenciosidad, puede poseer un rico contenido y exponer algo muy valioso. El contenido de un chiste, por completo independiente del chiste mismo, es el contenido del pensamiento, que en estos casos es expresado, merced a una disposición especial, de una manera chistosa. Cierto es, sin embargo, que así como los relojeros escogen una preciosa caja para encerrar en ella su más excelente maquinaria, así también suele suceder en el chiste: que los mejores productos de la elaboración del mismo sean utilizados para revestir los pensamientos de más valioso contenido.

Examinando penetrantemente en los chistes intelectuales la dualidad del contenido ideológico y revestimiento chistoso, llegamos a descubrir algo que puede aclarar muchas de las dudas con que hemos tropezado en nuestra investigación. Resulta, para nuestra sorpresa, que la complacencia que un chiste nos produce nos la inspira la impresión conjunta de contenido y rendimiento chistoso, dándose el caso de que uno cualquiera de
estos dos factores puede hacernos errar en la valoración del otro hasta que, reduciendo el chiste, nos damos cuenta del engaño sufrido.

Análogamente sucede en el chiste verbal. Cuando oímos que «la experiencia consiste en experimentar lo que no desearíamos haber experimentado» quedamos un tanto desconcertados y creemos escuchar una nueva verdad. Mas en seguida advertimos que no se trata sino de una disfrazada trivialidad: «De los escarmentados nacen los avisados». El excelente rendimiento chistoso de definir la «experiencia» casi exclusivamente por el empleo de la palabra «experimentar» nos engaña de tal modo, que estimamos en más de lo que vale el contenido de la frase. Lo mismo nos sucede ante el chiste por unificación en que Lichtenberg opone el mes de enero a los demás del año, chiste que sólo nos dice algo que sabemos de toda la vida; esto es, que las felicidades que nuestros amigos nos desean en los días del Año Nuevo se cumplen tan raras veces
como todos nuestros otros deseos.
(...)

Para consultar las Obras Completas de Freud: http://socolpsi.org/biblos.html