domingo, 20 de febrero de 2011

PSICOANALISIS Y COTIDIANIDAD

ser psicoanalista, es mas que....
En el laberinto de la vida, en el tsunami de las emociones,  en el sonido del silencio, en las miradas que traspasan los cuerpos y los lugares, en  las palabras que en ocasiones intentan es llenar vacios, están  tambien el psicoanálisis y el psicoanalista.  ¿ser psicoanalista es una profesión más?,  es un  rol?,  es una actitud?. El psicoanalista esta solo  en  un consultorio u hospital?, en las aulas universitarias?, en congresos presentando sus más recientes investigaciones y hallazgos o promoviendo su ultimo libro? El termino  psicoanálisis,  surge desde 1896, proviene del griego psique-alma humana,  y análisis-separación, distinción de elementos de un todo para su separación y exanimación.
El psicoanálisis y el psicoanalista parecieran venir de un mundo lejano, oscuro, inalcanzable, hasta intocable; pero esta y estamos  más cerca de lo inimaginable, estamos más cerca de lo que en momentos podemos permitir a nuestro ser sentir y vivir, será por eso la barrera que ponemos al psicoanálisis y a los psicoanalistas? Será por eso que le  huimos al  diván, al encuentro con nosotros mismos? El psicoanálisis y el psicoanalista, esta y estamos en la cotidianidad, esta y estamos en centros comerciales, fiestas infantiles, restaurantes,  presentaciones y eventos culturales, en la calle, en la noche y en el dia,  en la armonía  de la naturaleza y la autenticidad de los  animales; el psicoanálisis es parte de  la mente, la vida, el comportamiento, el pensamiento,  las imágenes , las emociones, los silencios,  los sueños, las palabras; así es el laberinto de la vida y el tsunami de las emociones, el psicoanálisis y  los  psicoanalistas somos  parte de ese mismo laberinto y tsunami. Ser psicoanalista es un privilegio? Es un estatus?
En mi cotidianidad,  desde hace unos dìas, vengo escuchando que hay que ver en la pantalla grande “el discurso del rey”, película de último estreno. En principio, la palabra “discurso” me llamo la atención: nosotros trabajamos con el discurso del paciente.  La palabra “Rey”, trae  a mi memoria las palabras de Freud cuando habla de la neurosis infantil “his majesty the baby”.
Como parte del principio del placer, me sumerjo   en la cotidianidad, en el centro comercial, en el ruido, la moda, la comida, el movimiento; mis ojos y mi cuerpo no alcanzaban a cubrir todo lo que  parecía ver  y oír; curiosamente, al mismo tiempo no alcanzaba a   sentir, solo percibí. En la oscuridad del teatro, el sonido de las crispetas de maíz, y el silencio de la espera, se da inicio a:
“el discurso del rey”:   el discurso del rey debe ser leído ante el mundo entero por uno de  sus hijos.  Con su mirada, expresión de su cara, su silencio, su movimiento de manos, postura de su cuerpo;  expresa un terror que lo invade. Frente a la  multitud, y  a pesar del poder y dinero, se le inmoviliza su garganta, su sonido, su voz, su historia,  su alteza; queda petrificado y avergonzado de “ser tartamudo”,  de aceptar y vivir un sufrimiento que lo acompaño desde su infancia que le impide hasta cierto punto ser “el hijo del rey”. La persona  que finalmente logra ayudarlo y es quien lo atiende y acompaña es mas que un profesional, es un ser humano con alma para otra alma, con afecto para dar y entender el afecto, el dolor psiquico, el miedo, la confianza, con la inquietud y deseo por el conocimiento y la academia.
 En estos instantes,  ante el dolor y sufrimiento del otro, en la pantalla, entre realidad y fantasia; mi ser psicoanalítico empieza a despertar,  a sentir, a vibrar  no solo a observar y escuchar.
(No voy a entrar en detalle sobre la película, queridos seguidores, no les quiero quitar la bella experiencia de sentirla y vivirla, para leer y compartir  sus comentarios.)
Entre muchas emociones, hipótesis y pensamientos alrededor de la trama, comenzando por  el título de la película;  quede atrapada en un profundo sentimiento y cuestionamiento  de lo que para mí es verdaderamente  “ser psicoanalista”: ser psicoanalista es más que  nuestros valiosos títulos y seducciones intelectuales,  es más que el estudio y la comprensión de la psique, es más que hacer consciente lo inconsciente y seguir la regla fundamental  como nos dice Freud;   es más que escuchar, estar y permitir  el silencio  y las pausas  como dice Bion con su no memoria no deseo, es más que permitir el resonar de las emociones con el holding y handling que propone Winnicott, es más que sentir la piel del otro por medio de la nuestra como profundiza Anzieu;es mas que sentir en nuestro cuerpo los dolores del alma como dice McDougall,   es más que interpretar y entender los sueños, las metáforas, los actos fallidos,  la asociación libre como parte de la necesaria técnica psicoanalítica propuesta por Freud, es más que entretejer una  historia que fue y no debió ser, que nunca fue o que esta por ser vivida como dice Green de una trama muchas veces no vivida; el psicoanalista y el psicoanálisis  es  y son tambien  más que un diván por haber estado en él y detrás de él. Es todo esto y también es mas...
Mi atrapamiento en ese sentimiento profundo de la oscuridad y el silencio del espacio contenedor de la sala de cines,  mientras vibraba con el “discurso del rey”;  me di cuenta que ese mas...    es darse cuenta que: “sin el afecto, la pasión y el amor por mi vida,  mi profesión y mis pacientes desde las entrañas de mi alma”; siendo psicoanalista, puedo no  ser psicoanalista. Recuerdo las palabras de uno de mis analistas "no hay profesiones sino profesionales".
Ser psicoanalista es una responsabilidad con el alma humana y por lo mismo un privilegio;  en el laberinto de la vida y el tsunami de las emociones, no es estar detrás del diván; es vivir  el diván, no es estar fuera del laberinto y del tsunami; es perderse en el laberinto, es sumergirse en el tsunami   que viene de las entrañas del paciente y se sumerge en  las mías. Esa es nuestra labor privilegiada, el amor por, para  y con alma humana.
     

2 comentarios:

  1. y que le pasaría al paciente con un ser que ama tanto? no sería una situación bastante difícil estar amando a cada paciente o que cada paciente se enamore de un ser que esta entregado a amar?

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  2. Estimado Pink Freud, no habia querido comentar antes de ver la pelicula de la que hablas. La vi y me permitio entender la parte humana del psicoanalisis y en parte le comento a Horacio que ojala se encunetre con una o un psicoanalista que tenga la capacidad de amar y ser amado. Entendiendo que amar y ser amado no es solo enamoramiento, no es solo amor de pareja, es pensar en el otro, cuidar al otro, escuchar al otro, tolerar al otro, permitir que el otro sienta rabias y temores; es el EROS que ama pero tambien puede no amar en ocasiones.
    Gracias pink freud por tus escritos, me ha permitido entender un poco mas el pscioanalisis con una mirada mas humana, menos oscura y fria.

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