lunes, 2 de diciembre de 2013

Tratamiento y prevención del matoneo

Libro completo en: FERIA DEL LIBRO DE PSICOANÁLISIS- Diciembre 11 y 12- Sociedad Colombiana de psicoanálisis.


Escrito por: Juan Rafael Padilla
En: De matones y matoneados (2006)

Cuando me doy la tarea de escribir sobre el tratamiento empiezo por cuestionar la palabra misma a la que pretendo referirme. "Tratamiento" implica la idea de una cura, de una solución, lo que parece competer más a la medicina o a la psicología. Entiendo psicoanálisis como una disciplina cuya epistemología y forma de operar son únicas. Antes que cualquier otra cosa, el psicoanálisis es una oportunidad privilegiada para conocernos, para acercarnos a aquel incognosible que llamamos nuestra verdad. El psicoanálisis nos permite conocer los personajes, las partes, los retazos que nos componen y que sin saberlo rigen nuestra vida. Al acompañarnos en el conocimiento de nuestro interior, el psicoanálisis nos hace más veraces, más dueños de nosotros mismos, de nuestra historia, mnuestro pasado y nuestras posibilidades futuras. Por todo ello, debo aclarar que hablar en forma generalizada del psicoanálisis resulta simplista y superficial. Lo he hecho, así como el referirme, a entes absolutos -matón y matoneado- y no a personas particulares, en aras de la exposición. Estoy seguro de que el lector comprenderá lo necesario de tales posturas. 

Para hablar de tratamiento es necesario que consideremos a los miembros de la pareja matón-matoneado por separado. Luego nos haremos cargo del medio, tomando como paradigma el colegio.

El matón
Como hemos visto, el matón es un ser que carece en mayor o menos grado de la capacidad de pensar sus propios estados emocionales y los de los demás. Tal incapacidad lo lleva a negar y proyectar aspectos de si mismo que considera indeseables. Estos aspectos son: La necesidad de recibir un trato empático y amoroso, de ser aliviado en momentos de angustia y temor. Para despojarse de estas partes busca y encuentra en el afuera un depositario perfecto: su víctima; un ser carente de un apoyo -apego- seguro, lo que le hace parecer débil y ser una presa ideal para el depredador. 

El principal problema que ofrece el tratamiento de un matón es que rara vez consulta, porque ha encontrado una especie de equilibrio en que niega su dolor trasladándolo a otro. No tiene intención ni necesidad de pedir ayuda, lo que considera signo de debilidad. Generalmente, el matón cree tener respuesta para todo y dejar fuera de su vida todo aquello que perturba su creencia en su omnipotencia. Si consulta será necesario entender esta omnisciencia y omnipotencia como defensas al dolor psíquico que esconde por no haber sido acogido amorosamente, no haber encontrado respuesta a sus necesidades, angustias y temores o haber sido tratado violentamente y con desprecio. 

Con el matón es necesario encontrar representaciones verbales para su sentir reprimido. El lograr integrar sus vivencias en el orden de lo simbólico disminuirá su necesidad de atacar a figuras del exterior para lidiar con su problemática interna. (...)

El matoneado
Es mucho más frecuente que una persona que haya sido mateoneada busque ayuda, aunque generalmente lo hace por motivos diferentes. Entre las posibles consecuencias psicológicas de ser víctima del matoneo mencionaremos tres: Disminución y resentimiento, ira narcicista e internalización del matón. (...)

Cualquiera sea el caso (de los ya mencionados), el matoneado requiere establecer una relación que le permita fortalecer su objeto interno bueno, disminuyendo la virulencia y dependencia de su objeto interno malo. La vivencia de un objeto confiable, bueno, empático le permitirá fortalecer su self, lo cual va de la mano del restablecimiento del orden verbal -simbólico-. En este proceso hay mucho por recordar, reparar y en últimas perdonar.

Para comprar el libro:  http://socolpsi.org/

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La sexualidad humana: ¿Una búsqueda eterna?

Por: Joyce McDougall
En: Las mil y una caras de Eros.
 
 
En sus orígenes mismos, la sexualidad humana es esencialmente traumática. Los múltiples conflictos psíquicos que surgen del choque entre las pulsiones internas y la fuerza coactiva y despiadada del mundo externo se inician en el primer encuentro sensual del bebé con el seno. La indistinción entre las pulsiones eróticas y sádicas inaugura la era del amor "caníbal". La noción de un "otro" como objeto separado de uno mismo nace de la frustración, la rabia y la tendencia a una forma primaria de depresión de la que todos los bebés hacen la experiencia con el objeto primordial del amor: el seno-universo. La abolición de la diferencia entre uno mismo y el otro es la condición misma de la felicidad. No sorprende entonces que, en el curso del viaje psicoanalítico, encontremos rastros de lo que se puede denominar la sexualidad arcaica, con la marca de una fusión de libido y mortido en la cual el amor no se distingue del odio. La tensión que emana de esta dicotomía, en todo su potencial depresivo, exige una búsqueda incesante de soluciones, búsqueda destinada a convertirse en el basamento vital de todas las formas de sexualidad y amor absoluto. 
 
El reconocimiento de la alteridad es seguido por el descubrimiento, igualmente traumático, de la diferencia entre los sexos. Hoy sabemos que este descubrimiento no está vinculado en primer lugar con los conflictos edípicos, como había concluido Freud, sino que sobreviene mucho antes de la fase edípica clásica. Las investigaciones efectuadas por Roiphe y Galenson (1981) son instructivas al respecto. Sus observaciones demuestran que, mucho antes del periodo durante el cual los niños luchan con los conflictos angustiosos inherentes a la crisis edípica, la diferencia en si es fuente de angustia para los niños de ambos sexos. Además, de esas investigaciones surge que el descubrimiento de la diferencia sexual tiene un efecto de maduración (diferente en uno y otro sexo), una vez que se supera la angustia hasta cierto punto.
 
En la fase edípica, con su dimensión a la vez homosexual y heterosexual, el niño se ve obligado a llegar a una conciliación con el deseo imposible de poseer a los dos progenitores, de pertenecer a los dos sexos y de encarnar los dos órganos genitales. A medida que asume su monosexualidad ineluctable, el cachorro de hombre debe compensar de otras maneras su renuncia a los deseos bisexuales. (Estas "otras maneras" serán exploradas en los capítulos dedicados a la creatividad y a las desviaciones sexuales). El descubrimiento de la diferencia sexual conduce a la representación, lentamente adquirida, de la identidad de género, según Stroller (1968) define este término. Sobre esta base el niño llegará a identificarse como un sujeto "masculino" o "femenino" -no por herencia biológica, sino a través de representaciones psíquicas transmitidas por el inconsciente de los progenitores, así como por su ambiente sociocultural-. (...)
 
Freud (1905) subraya que los objetos del deseo sexual no son innatos: a nosotros nos corresponde descubrirlos; además dice que es en nuestra primera infancia cuando se deciden los sentimientos de identidad personal y de orientación sexual, y que en la pubertad los redescubrimos.
 
PARA VER EL LIBRO COMPLETO, ESTARÁ A LA VENTA EN:
LA FERIA DEL LIBRO "EL PSICOANÁLISIS": Diciembre 11 y 12
Más información: http://www.socolpsi.org/

viernes, 1 de noviembre de 2013

Reflexiones en torno a la educación sexual

Escrito por: Simon Brainsky
En: Revista de la Sociedad vol. 36 no.2 de diciembre de 2011

Opino que hay varios aspectos a tener en cuenta en una educación sexual desde la teoría psicoanalítica:

1. El término de educación sexual es más amplio y no debe tomarse como equivalente de política demográfica.
2. La educación sexual de los niños tiene que ir de acuerdo con las teorías sexuales infantiles y el desarrollo evolutivo.
3. No hay que confundir lo sexual con lo genital, ni lo genital con el coito heterosexual. Lo genital maduro constituye una visión integral del mundo que implica, entre otras cosas, cuidado y respeto por el objeto sexual, así como una responsabilidad personal y un compromiso existencial con el acto. La información y la consejería deberían tender a fomentar una verdadera actitud genital, en el sentido específico empleado.
4. En toda reflexión y en toda acción de las gentes, por humanitaria que sea, existe además del componente erótico-amoroso, un trasfondo destructivo y de muerte, en gran parte inconsciente. A pesar de la urgencia de la problemática que se enfrenta, se precisa cautela. Aceptamos que existe en los niños, una corriente de hostilidad hacia sus padres, pero olvidamos que es una corriente de doble dirección. Lo que a veces comienza como un intento de protección del futuro, puede desembocar en la hipótesis de Skinner (1971) quien plantea que no podemos darnos el lujo de ser libres. De esto se desprende la necesidad de una cuidadosa selección de las personas que se van a convertir en educadores sexuales y de una apreciación
realística de sus motivaciones. Además sería importante que los consejeros y educadores que van a sufrir el constante bombardeo de lo agresivo-sádico ligado a lo sexual, se sometan a psicoterapias más o menos intensivas de forma que puedan –hasta donde sea posible- desbrozar su propia conflictiva de la
del prójimo a quien se disponen a ayudar.
5. El conflicto psíquico no está constituido únicamente por el instinto sexual. En términos estructurales, y sobresimplificando, no concierne solamente al Ello y al Yo, el Superýo interviene también activamente. El superyó, la conciencia moral, no es solamente la incorporación de la letra muerta de los tabúes, es la cristalización de intensas tradiciones filo y ontogenéticas que forman parte integral de la fina balanza que rige la vida psicológica. La alteración de un componente estructural, implica también alteraciones del equilibrio en
los otros grupos de fuerzas.

En este aspecto, se impone una actitud severamente respetuosa frente al bagaje cultural y religioso de un conglomerado humano. Se corre el riesgo de que la búsqueda poco mesurada de un aspecto de la salud mental integral, provoque una retaliación superyóica que se traduzca en culpa persecutoria, que puede expresarse al nivel de un individuo ó a nivel de pueblos enteros.

PARA ACCEDER AL ARTÍCULO COMPLETO: http://socolpsi.org/ejemplares.html

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Quien es René Roussillon?



Este psicoanalista francés, miembro titular del Groupe Lyonnais de la Société Psychanalytique de Paris,  profesor de la Universidad Lumière de Lyon 2 y autor de varios libros, estará visitando Colombia el 21, 22 y 23 de noviembre, para el Encuentro Latinoamericano sobre el pensamiento de Donald Winnicott.

Para los francoparlantes, en este LINK se encuentra una clase completa psicología clínica dada por René Roussillon en la Universidad Lyon 2: http://www.youtube.com/watch?v=8Druqwt9eHU

Si quiere consultar el libro "Paradojas y situaciones fronterizas del psicoanálisis", puede hacerlo en: http://socolpsi.org/biblos.html



martes, 1 de octubre de 2013

¿Qué son los objetos transicionales y los fenómenos transicionales?



Tomado de: Winnicott, D. (1971) Realidad y Juego. Gedisa Editorial
Para consultar el libro completo, puede visitar nuestra biblioteca: http://socolpsi.org/biblos.html

Objetos transicionales y fenómenos transicionales
Es bien sabido que los recién nacidos tienden a usar el puño, los dedos, los pulgares, para estimular la zona erógena oral, para satisfacer los instintos en esa zona y, además, para una tranquila unión. También se sabe que al cabo de unos meses los bebés encuentran placer en jugar con muñecas, y que la mayoría de las madres les ofrecen algún objeto especial y esperan, por decirlo así, que se aficionen a ellos.
Existe una relación entre estos dos grupos de fenómenos, separados por un intervalo de tiempo, y el estudio del paso del primero al segundo puede resultar de provecho y utilizar importantes materiales clínicos que en cierta medida han sido dejados a un lado.

La primera posesión
Quienes se encuentran en estrecho contacto con los intereses y problemas de las madres tendrán ya conocimiento de las riquísimas pautas que exhiben los bebés en su uso de su primera posesión de "no-yo". Gracias a que las exhiben, es posible someterlas a observación directa.
Se advierte una amplia variación en la secuencia de hechos que empieza con las primeras actividades de introducción del puño en la boca por el recién nacido, y que a la larga lleva al apego a un osito, una muñeca o un juguete, blando o duro. Resulta claro que aquí hay algo importante, aparte de la excitación y satisfacción oral, aunque estas puedan ser la base de todo lo demás. Se pueden estudiar muchas otras cosas de importancia, entre ellas:

1. La naturaleza del objeto.
2. La capacidad del niño para reconocer el objeto como un "no-yo".
3. La ubicación del objeto: afuera, adentro, en el límite.
4. La capacidad del niño para crear, idear, imaginar, producir, originar un objeto.
5. La iniciación de un tipo afectuoso de relación de objeto.

Introduzco los términos "objetos transicionales" y "fenómenos transicionales" para designar la zona intermedia de experiencia, entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la verdadera relación de objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado, entre el desconocimiento primario de la deuda y el reconocimiento de ésta ("Dí-ta ").


Mediante esta definición, el parloteo del bebé y la manera en que un niño mayor repite un repertorio de canciones y melodías mientras se prepara para dormir se ubican en la zona intermedia, como fenómenos transicionales, junto con el uso que se hace de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior.



viernes, 13 de septiembre de 2013

Lady Dora: De la tradición en el discurso a la invención de nuevas formas de poner a gritar al cuerpo

Escrito por:  Andrea Escobar y Luis Fernando Orduz
En: Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis vol 38 No 1 Junio 2013


La histeria, siempre ha tenido caracteres epidérmicos, queriendo decir con ello que es un trastorno, patología, ó estructura que tiene manifestaciones de superficie. La  hipótesis que queremos desarrollar es que aún hoy en día, sigue siendo una estructura que hace manifestaciones en el soma ¿Hemos dejado de ver funcionamientos histéricos en pro de la emergencia de las patologías narcisistas?  ó ¿simplemente es que la histeria, dada su estructura, hoy aparece ante nuestros ojos sin que la detectemos?, ¿La encubrimos con las llamadas nuevas patologías? 

A causa de los mecanismos que la constituyen: imitación, sugestión, identificación; el síntoma histérico hoy en día se enmascara en nuevas formas de expresión  en la superficie visible del cuerpo.Insistimos, tal vez existe sin que la observemos.

Para Charcot la histeria existió como espectáculo visible, pero a la  que no se la podía oír: el cuerpo de ellas era presentado en un auditorio, a la mejor manera del teatro, ante un público que se mostraba expectante ante la aparición del síntoma en el cuerpo. Sorpresa para los ojos, impacto para la mirada, expresiones de exclamación por parte del auditorio. La histeria ha construido siempre escenarios de visibilidad, la hemos visto y nos hemos conmocionado con ella. Pero su espectáculo visual ha ocultado sus palabras. A la manera de Freud, ¿Deberíamos develar el espectáculo que produce hoy en día?

Si Dora llegara a nuestro consultorio:¿cómo nos hablaría de su padecer? Probablemente no hablaría a través de la dolencia de un cuerpo que se paraliza ó pierde movilidad; hoy en día la anestesia y la paralización motora han dejado de ser las formas de expresión del cuerpo en la cultura moderna. Más bien todo lo contrario: hoy el cuerpo es hiper-estimulado e hiper-motorizado; la vida moderna se ha convertido en un estimulador permanente de nuestros sentidos y en una fuerza propulsora en oposición a la quietud. Somos sensibles e hiper-kinéticos, estresados y  en acción permanente. Ya no es el cuerpo inmóvil de la observación; Se trata ahora del cuerpo que actúa, que se muestra, que se evidencia ya no en la pasividad del ser mirado, sino en la actividad para ser mirado.

Las primeras teorías de Freud sobre la histeria se ocupaban de formular explicaciones económicas: una energía que sobrecarga al sistema y que no puede encontrar una forma de derivar psíquica, y por lo tanto busca caminos a través del soma. Un obstáculo que impide que la energía potencial se realice y por lo tanto se actúa de manera somática. El cuerpo histérico se paralizaba ó anestesiaba, fruto de una sexualidad ó una energía que se detonaba y quedaba contenida sin otra posibilidad de emerger. Parálisis y anestesias, seguramente hablaban de eso que les acontecía, de la energía que se paralizaba y dejaba potencialmente una sensación que al no poder ser acto, dejaba la marca de la insensibilidad.


Intentando conservar la tradición explicativa de Freud, ¿Qué podemos decir de la histérica de hoy bajo el presupuesto de la hiper-kinésis y la hiper-estimulación? Una energía que no se paraliza y que  encuentra múltiples caminos para expresarse. Si el cuerpo es una expresión de ello, podría pensarse entonces que el cuerpo histérico de hoy se agita, se sobre-excita en espacios de visibilidad permanente, en una versión moderna de esos teatros de Charcot de los que hablamos.

Para acceder al artículo completo: http://www.socolpsi.org/lectores.html

viernes, 30 de agosto de 2013

La investigación en salud mental es compleja, su búsqueda no debería serlo




Este Link es una excelente herramiento de búsqueda de la investigación en medicina y en salud mental. Sólo introduciendo el nombre de cualquier condición, síntoma o tratamiento se obtiene una definición, un análisis sobre el número de estudios que hay sobre el tema, el número de pacientes estudiados y un resumen  acerca de la evidencia mas relevante que se ha aportado al campo de búsqueda a nivel internacional. Además, es presentado en un formato agradable,  con gráficas, tables y  la posibilidad de profundizar en cada tema y acceder a las referencias de los artículos científicos en los que se basan las estadísticas. 

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