Una palabra que en la medida en que se va encadenando a otras, no solo forma frases, enunciados, sino que va construyendo sentidos. Sentidos que así como emergen y se anudan, se van volviendo evanescentes.
El hablante psicoanalítico, parla...el oyente psicoanalítico teje asociaciones mientras escucha....
Lo curioso es que el ejercicio de liberar la palabra de sus ata-duras encuentra mas resistencias de lo pensando (algo contradictorio, sobre todo en esta forma de vivir que ha convertido a la libertad en lema de existencia). Las resistencias de la razón frenan el libre ejercicio del que parla...el hablante detiene su decir...suspende la enunciación...el inconsciente hace presencia a través de un bache, de un silencio...
La palabra que calla es la forma en como el inconsciente existe en la superficie del psiquismo, ese es su efecto.
Un hablante en psicoanálisis no dice su palabra frente a otro rostro, su palabra no es mirada, solo escuchada. Por eso el abordaje terapeútico psicoanalítico dispone un interlocutor diferente. Un hablante que parla acostado, posición de acceso a la intimidad. Un oyente escucha sin ser visto, dedicado a oir tanto el ruido de las palabras como su vacío...el psicoanalista.
Si el paciente psicoanalítico parla libremente, el psicoanalista flota entre sus palabras y arma con ellas imágenes evanescentes como quien arma figuras con el fluir de las nubes.
Todo lo anterior regido por ese mecanismo que es la base del funcionamiento del inconsciente...el des-plazamiento...la plaza era el centro de referencia de una ciudad...el desplazado pierde su centro...divaga...no tiene retorno...
Dejo un fragmento del diccionario de psicoanálisis definiendo que es esto del desplazamiento:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmientras me dejo llevar en mi universo, alcanzo a preguntarme en qué segmento de éste existirá vida..
ResponderEliminargracias a pink freud por esta reflexión acerca del silencio...
ResponderEliminarel otro día cuando me preguntaron cuál era la diferencia entre un psicólogo y un psicoanalista respondí: el psicólogo aprende a hacer preguntas, el psicoanalista aprende a escuchar... y sin duda, aprendemos a escuchar los silencios...
Este silencio que alimenta el instante es la marca magra que nos habita desde un pasado que negamos...quizá debería también aprender a escucharlo
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