martes, 12 de agosto de 2014

A propósito de Realidades

Realidad, ¿para quién?


El presente escrito, de Julio Moreno[1] constituye una de las Contribuciones realizadas dentro del XXXV Simposio Anual de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, La realidades del psicoanálisis: teoría clínica y transmisión. Teniendo en cuenta que se aproxima el Congreso internacional de Psicoanálisis y que su eje central será la reflexión sobre aquello que se comprende por "realidad” y "ficción",
así como por la compleja interrelación de ambos, hemos decidido traer a colación un fragmento de esta reflexión que hace Julio Moreno a partir de su pregunta por la realidad y fundamentalmente, por el sujeto que así la percibe.


Escrito por: Julio Moreno (2013).
Texto completo en: Moreno, J (2013), Realidad, ¿para quién? En: Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (2013). XXXV Simposio Anual. Las Realidades del Psicoanálisis: teoría, clínica y transmisión.
 

Realidad deriva del latín “res” y “realis”: aquello que tiene existencia efectiva o factual. Esa caracterización e efectiva de la existencia es controvertible: Verdad y Ficción, como Real e Irreal, se implican mutuamente de tal manera, que la zona más fuerte se produce en el territorio entre ellas. Por ejemplo, la teoría de la seducción y de la fantasía de Freud podría pensarse como alternativas excluyentes, pero leyendo cuidadosamente a Freud, notamos que los más prolíficos desarrollos se producen entre ellas. No debemos buscar los determinantes de una neurosis en el territorio de la fantasía ni en el de lo fáctico, sino en su inter-territorialidad.

Cuando creemos que ocurrió un abuso, por ejemplo, no rara vez prima la actitud detectivesca de encontrar a toda costa la verdad fáctica, revisando los orificios del abusado o los signos de un exceso de fantasía de la supuesta víctima. Una mirada más fina podrá entender que no hay abuso sin algo de fantaseo no fantaseo sin algo de abuso. Aunque al detective que nos habita no le gusten esas ambigüedades.

Cuando en mi residencia psiquiátrica aprendimos a hipnotizar histéricas para deshacer conversiones (algo efectivo por un corto plazo) recibimos una consigna: la puerta del consultorio debía permanecer abierta y, de ser posible, convenía que un pariente de nuestra paciente estuviera presente durante el procedimiento, porque paciente podía (y solía) “fantasear” el haber ido abusada por el residente, aun cuando éste solo la hubiese hipnotizado . si lo miramos con mayor cuidado nos damos cuenta que no se trataba solamente de algo ficcional: toda la escena de hipnosis era en general una escena tímida y deseada por hipnotizador e hipnotizado por contener trazos de verdad y de ficción alrededor de una escena erótica.

Todo esto se pone también en juego en la literatura. Si Borges llama Ficciones a uno de sus mejores libros no lo hace para exaltar lo falso, lo hace porque considera que la ficción es el medio más apropiado para tratar la complejidad de la vida…





[1] Julio Moreno es doctor en Medicina, psicoanalista, miembro titular y secretario científico de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires.